Los hongos juegan un papel fundamental en los procesos ecológicos que sostienen y recuperan la vitalidad de los ecosistemas. Su presencia y actividad no solo son esenciales para la descomposición de materia orgánica, sino que también facilitan la interacción entre plantas, animales y el suelo. Comprender el valor de los hongos nos ayuda a diseñar estrategias efectivas de restauración ecológica y aumentar la resiliencia de los sistemas naturales impactados por la actividad humana.